Boeing y el amanecer de la aviación
- William Lopez
- 31 ene 2020
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Tras el vuelo de los hermanos Wright en 1903, considerado el primer vuelo con éxito de un avión, se sucedieron unos años de actividad frenética en el naciente campo de la aviación, tanto en el aspecto tecnológico como en el empresarial. El gran reto era que los aviones pasasen de ser vehículos experimentales a servir como vehículos prácticos para transporte de pasajeros, correo urgente y algunas mercancías, e incluso como aeronaves de guerra.
Al principio, eran muy pocos los pioneros técnicos que trabajaban en la aviación, y procedían de campos muy diversos. Uno de ellos era William E. Boeing, que provenía del sector maderero. William nació en la ciudad estadounidense de Detroit. Su padre, Wilhelm, un alemán de una familia bien acomodada, era emprendedor y un tanto aventurero; con solo veinte años de edad y tras haber servido en el ejército alemán, dejó su nación y la seguridad familiar para emigrar a Estados Unidos, donde logró establecerse con éxito en el negocio de la madera. Allí se casó y tuvo varios hijos. Su muerte prematura, con tan solo cuarenta y dos años de edad, dejó huérfanos de padre a William, que contaba con ocho, y a las hermanas de este, Caroline y Gretchen, con cinco y tres años de edad respectivamente. Por suerte, el patrimonio de Wilhelm ayudó a subsistir a su viuda e hijos, y William pudo cursar estudios técnicos universitarios, que dejó en 1903, a los veintidós años, para entrar en el negocio maderero, donde prosperó gracias a tierras heredadas de su padre y a otras que adquirió. En 1908, se mudó a Seattle, donde fundó la empresa Greenwood Timber. Dos años después, compró un astillero, que con el tiempo adaptaría para construir aviones, y su interés comercial por la aviación se hizo evidente más allá de su fascinación inicial cuando vio de cerca por vez primera un avión.
Boeing realizó vuelos en algunos de los primitivos aviones de la época, primero como pasajero y luego ya como piloto, tras aprender a pilotar en la escuela de Glenn L. Martin, otro pionero de la aviación y poco después rival suyo. Adquirió de la fábrica de Martin un avión del modelo TA, que recibió en octubre de 1915. Examinó de cerca un hidroavión de tipo Curtiss (Glenn Hammond Curtiss era otro diseñador pionero de aviones) y voló en él. También entró en contacto con Thomas Hamilton, igualmente pionero en la fabricación de aviones, y trabó amistad con George Conrad Westervelt, un teniente de navío en la marina estadounidense que estaba muy interesado por la aviación.
Boeing y Westervelt llegaron a la conclusión de que la aviación tenía futuro y de que ellos eran capaces de diseñar y fabricar un avión que pudiera competir en prestaciones con los que se habían construido hasta entonces. Se pusieron manos a la obra. Con la ayuda de una decena de ayudantes técnicos, iniciaron la labor de diseñar y construir el que sería el primer avión Boeing. En aquella época, la fábrica y el hangar de hidroaviones estaban instalados en un pequeño edificio en la orilla del lago Unión, en Seattle. Desde estas instalaciones despegó, en su primer vuelo de prueba, el primer avión Boeing, llamado B&W modelo 1, por las iniciales de los apellidos de Boeing y Westervelt, y también conocido simplemente como Boeing Modelo 1. Ese vuelo histórico se llevó a cabo, con el propio William Boeing de piloto, el 15 de junio de 1916.
Aquel mismo verano de 1916, William Boeing estableció la empresa que hoy conocemos como Boeing y que en 2016 cumplió un siglo. Inicialmente tuvo el nombre de Pacific Aero Products, pero meses después William lo cambió por el de Boeing Airplane Company. Al principio, buena parte del trabajo de la empresa se hacía en el astillero que había comprado en 1910.
La aviación era un sector tecnológico tan nuevo que apenas existían recursos docentes para formar a futuros ingenieros. William logró que la Universidad de Washington (en el estado de Washington) estableciera el primer currículo o plan de estudios de esa nueva especialidad técnica, y apoyó esa incorporación pagando la construcción de un túnel de viento en dicha universidad.
El despegue de Boeing
Con la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial en 1917, la nueva empresa fabricó aviones Boeing Modelo C para entrenamiento de pilotos de la marina estadounidense. Al terminar la guerra en noviembre de 1918, William dedicó sus esfuerzos a la comercialización de sus aviones en el ámbito civil. Pero no era una tarea fácil en absoluto. Como toda idea pionera, la aviación estaba adelantada a su época, y la sociedad aún no estaba preparada para usar aviones con la misma confianza con la que ya usaba barcos y trenes. En aquellos difíciles años, la empresa Boeing sobrevivió realizando actividades adicionales, del todo apart adas de la aeronáutica, por ejemplo fabricando muebles, cajas para fonógrafos (los predecesores, junto con los gramófonos, de los tocadiscos), e incluso accesorios para una empresa de corsés.
Para ayudar a promover la aceptación pública de la aviación comercial, William Boeing y otro piloto, Eddie Hubbard, realizaron una experiencia pionera de correo aéreo. En un avión Boeing C-700 (una versión civil del Modelo C), llevaron a cabo el 1 de marzo de 1919 el primer vuelo postal internacional entre Seattle en Estados Unidos y Vancouver en Canadá, transportando una saca de cartas.
Esta y otras iniciativas, así como la colaboración de la empresa con otras fabricando aviones para ellas, apuntalaron la tambaleante compañía y a finales de la década de 1920 la pusieron en el camino del éxito. Boeing creció y evolucionó, sin depender ya de la perspicacia y perseverancia de su fundador, absorbió empresas, se expandió internacionalmente y muchos de sus aviones se ganaron puestos destacados en la historia de la aeronáutica. Uno de ellos fue el Boeing Modelo 247D, introducido en la década de 1930, al que muchos consideran el primer avión de pasajeros con una configuración moderna, al estilo de la que hoy tiene cualquier avión de pasajeros típico. Otro ejemplo es el célebre modelo 747, probablemente el avión más conocido por el público en general, que logró el récord de cantidad máxima de pasajeros en un mismo vuelo, que transportó encima de él a las lanzaderas espaciales de la NASA, y que ha sido incluso plasmado en sellos de correos. Boeing ha tenido asimismo una notable presencia durante décadas en programas espaciales tripulados, incluido el de la nueva cápsula Starliner, que voló recientemente al espacio.
(Fuente: NCYT Amazings/Jorge Munnshe)
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